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lunes, 20 de agosto de 2012

Gran primera media hora, bajón posterior y reacción final


Dinamita verdiblanca para derribar la Catedral



De cómo se pasa de exhibirse en un escenario majestuoso a ofrecer una cara timorata, dudosa y apocada podía escribir un tratado el Betis, pero casi es mejor repasar lo sucedido en San Mamés desde el 0-3 (m. 30) al 3-3 (m. 75).
El Athletic, cierto, mejoró. Bielsa acertó con los cambios y el gol de Ibai, uno de ellos, nada más comenzar la segunda parte armó de moral a los leones. Mejoró el Athletic y empeoró el Betis, porque por el gasto físico quizás de la primera mitad empezaron a desaparecer efectivos uno tras otro. Primero Agra, poco afortunado en su estreno, también Juan Carlos, luego un cansado Beñat, tampoco andaba activo Castro... El caso es que el Betis necesitaba presencia y personalidad y no aparecía nadie.
Por eso, inseguro, se echó atrás, se aculó en su área sin el balón y dio aire al Athletic. Así empezaron los locales a agobiar al Betis y a sacar provecho de una defensa colectiva nefasta de los saques de esquina. En dos de ellos San José llegó como Pedro por su casa a la defensa zonal bética, emergió sin obstáculos y remató a gol. En el primero falló además de forma estrepitosa Fabricio.
Y, sin comerlo ni beberlo, el partido loco, el partido precioso, el partido entretenido se puso 3-3 con un cuarto de hora por delante. Increíble.
Parecía cundir el pesisimismo entre los verdiblancos ante la avalancha que ya se había venido encima y que continuaba, pero entonces aparecieron los hombres de refresco. Sobresaliente para Mel por sus cambios. Cañas tiró de calidad para servir la asistencia del 3-4, Pozuelo de olfato para aprovecharla y marcar, y Pereira, el tercer cambio, de pase para dar en bandeja a Molina el 3-5 definitivo. Dinamita pura.
El Betis, pues, salió victorioso de un partido que merecía ya calificativos poco cuerdos por sus prolegómenos, pero que se los ha ganado a fuego tras el mismo.
El Betis, pues, sale victorioso de su propia irregularidad. Esa que permite hacer minutos fantásticos, que le conduce a perderse sin aviso y que le empuja a renacer con su tremenda efectividad. Ese es el Betis a día de hoy, con Beñat, prometedor y temible en ataque, preocupante y temeroso en defensa. Entretenido y victorioso en todo caso en la locura.

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